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Análisis impacto Coronavirus al 25 de marzo 2020

El contexto ha estado marcado por las consecuencias de la expansión global que ha tenido el Coronavirus (COVID-19). Uno de los principales impactos se ha dado respecto de la disrupción económica que se ha generado por la paralización y cierre de empresas, así como la limitación del movimiento de las personas. Toda esta ‘cuarentena preventiva’ disminuye los ingresos de las compañías, donde las que se encuentran en peores condiciones financieras aumentan su posibilidad de quiebra. Es así como en la economía real estaríamos frente a una potencial contracción que involucra un menor nivel de consumo por parte de las personas, así como menor nivel de inversión por parte de las empresas. Pero las autoridades monetaria y fiscal han reaccionado de manera potente a estos eventos.

Entrando en más detalle, los eventos acontecidos se pueden ordenar en 3 etapas:

 

• Etapa 1: Comienzo de la epidemia. Comienzan las primeras expectativas sobre la evolución del COVID-19 en el foco principal de contagio que es China y la efectividad de sus políticas: La extensión estuvo entre la segunda semana de enero hasta la tercera semana de febrero (18-19 de febrero). Se pensaba que el impacto iba a estar aislado sólo a Asia, y específicamente focalizado en China.

• Etapa 2: Expansión del virus, y realización que deja de ser un fenómeno asiático y comienza a ser una epidemia con tintes globales. Es en esta etapa de alta incertidumbre, donde existe poca claridad respecto del costo económico de las “cuarentenas” que se realicen con el fin de evitar la expansión acelerada de este virus, que pudiese implicar la enfermedad grave de los grupos etarios más vulnerables (personas tercera edad con preexistencias) así como de eventuales saturaciones de los servicios de salud. Es aquí donde se comienza a generar los mayores ruidos e impactos en activos financieros. Durante lo que va de marzo, los índices bursátiles han presentado fuertes bajas, con reducciones entre un 5% y 50%.

• Etapa 3: Contención e intervención por partes de las autoridades económicas. En esta etapa, los diferentes Gobiernos y Bancos Centrales reaccionaron al escenario anterior, entregando potentes respuestas de política monetaria y fiscal para amortiguar el impacto económico producido por el virus. En primer término, se ha rebajado las tasas de política monetaria de manera agresiva (y en muchos países llegando a sus límites inferiores) y dada la naturaleza excepcional de este contexto, hay dos tipos de medidas adicionales que se han estado tomado: En primer lugar, medidas que apuntan a fortalecer la liquidez en el mercado financiero como es la implementación de mecanismos de expansión cuantitativa (QE) que involucran la recompra de instrumentos financieros, y líneas de financiamiento directo para intermediarios financieros. Y en segunda instancia, medidas que aumentan el gasto/apoyo fiscal tanto en el área de salud así como en propuestas de apoyar el ingreso de personas mediante transferencias monetarias directas, postergación de pago de impuestos y subsidios de desempleo. Así como también la puesta en marcha de líneas de crédito que permitan abordar los compromisos económicos de aquellas empresas en cada país que se encuentren resintiendo las consecuencias de la interrupción de sus operaciones.
Actualmente, estamos en esta tercera etapa donde continúa la incertidumbre respecto de como será impactada la actividad global, pero estamos observando el fuerte activismo de las autoridades monetarias y fiscales que deberían contrapesar los impactos negativos económicos y de mercado.

 

Cronograma y ejemplo de las acciones tomadass por las autoridades a nivel global

 

2-Marzo: Banco de Japón anuncia operaciones en REPO1 por 500 billones de yenes para entregar liquidez al mercado.

3-Marzo: Reserva Federal anuncia un recorte extraordinario (por ser fuera de la reunión de política agendada) por 0,5%, dejando la tasa de referencia en 1,25%. Además, entregara 400 billones de dólares para proveer liquidez a los agentes financieros.

13-Marzo: Durante la mañana el gobierno Alemán bajo la conducción de los ministros de Finanzas y Economía, anunciaron un programa de apoyo en liquidez y crédito ‘sin límites’ para las empresas, teniendo como punto de referencia un apoyo por 614 billones de euros. En EE.UU, el Presidente Trump decreta Estado de Emergencia, permitiendo un mayor gasto por parte del Estado para abordarla crisis.

15-Marzo: La Reserva Federal optó por llevar la tasa de política a 0% depósito – 0,25% préstamos, entregando la máxima expansividad posterior a la crisis sub-´prime y anunciando que la mantendrá en este rango por al menos un año. El Banco de Japón adoptó nuevas medidas de apoyo, comprando fondos transados en bolsa (ETF) y otros instrumentos corporativos para ayudar a la estabilidad del sistema bursátil.

17-Marzo: El presidente español ofrece una línea de crédito por 100 billones de euros al mercado, con un paquete público privado de 200 billones de euros. En EEUU el presidente Trump anuncia un apoyo fiscal por 850 billones de dólares inicialmente, monto que según informaciones se ha aumentado hasta 1.2-1.3 trillones de dólares.

18-Marzo: El Banco Central Europeo anunció compra de Bonos por 750 billones de euros, para aportar liquidez al mercado y reducir la volatilidad entorno a los instrumentos. Siguiendo la línea de QE2, incorpora papeles comerciales de calidad crediticia en su programa para generar apoyo a las empresas de forma directa.

19-Marzo: Gobierno de Chile anuncia medidas por un monto total de US 11,75 billones (cerca de 4,7% PIB) para enfrentar impacto económico del virus. Con foco en salud, empleo, ingresos laborales y Pymes. Lo anterior, se suma a las medidas tomadas por el Banco Central el día lunes 16, donde se recortó la tasa de política en 75 puntos básicos dejándola en 1% y se implementaron medidas excepcionales como la recompra de bonos bancarios, la entrega de una línea a bancos para que faciliten la entrega de créditos y extender el programa de divisas hasta comienzos del próximo año.

23-Marzo: La Reserva Federal entrega un QE casi ilimitado, rompiendo los límites que había impuesto de compra bonos e hipotecas previo. Además, comprará bonos de empresas y préstamos, así como ETFs de instrumentos de deuda con clasificación de riesgo investment grade.

 

Comportamiento Bolsas

 

El correlato de mercado de todo lo anterior ha sido el siguiente: El sector asiático durante estas últimas dos semanas ha soportado las caídas, donde obtuvo una fuerte recuperación durante el inicio de febrero. Al 18 de Marzo, el índice chino CSI 300 sólo presenta una caída de 5,2% respecto al nivel alcanzado a inicios de diciembre, como mes de referencia previo a la expansión del virus. Mayor volatilidad ha presentado Hong Kong, que en el mismo período cayó un 15,7%. El mercado europeo se mostró bastante estable hasta la tercera semana de febrero; luego del foco en Italia y la expansión, presentaron fuertes caídas que en términos de velocidad han sido mucho más rápidas que la reciente crisis subprime. El DAX alemán cayó en 35% entre el primer día transado de febrero hasta el 18 de Marzo; CAC 40 francés en 36%, IBEX35 español y el FTSE británico cayeron un 33%. En EEUU el escenario es análogo al europeo: el S&P 500 cayó un 26% junto al Dow Jones en 30%.

 

Contexto Fondos

 

Bajo este contexto, hay que entender que estos shocks económicos deberían ser de naturaleza temporal, para posteriormente tender a recuperarse. Creemos que las políticas tomadas por las autoridades deberían reducir tanto el impacto como duración de los efectos económicos generados por esta epidemia. Además, se debe considerar la composición de los fondos para entender el impacto de estos hechos, así como su posterior recuperación una vez que pasen estos eventos.

Los fondos A y B se caracterizan por una mayor participación de activos en Renta Variable, tanto Extranjera como local poseyendo una alta diversificación entre zonas geográficas e instrumentos. Otra variable para considerar es el tipo de cambio nominal, puesto que los activos externos se encuentran en moneda extranjera, principalmente dólares y se valorizan con el tipo de cambio local, lo que ayuda a contrarrestar las caídas de los activos internacionales.

El horizonte de inversión recomendado es de mediano/largo plazo para que los escenarios de caídas como los vividos últimamente puedan posteriormente recuperarse. Estos fondos son lo que han tenido un mayor impacto negativo, que va en línea con las caídas de las bolsas a nivel global, pero el impacto es menor a la experimentada por las principales bolsas globales.

El fondo C es de una composición intermedia entre activos de renta fija y renta variable, teniendo menores volatilidades como beneficio de la diversificación.

Finalmente, los fondos D y E son de un perfil conservador, con menores exposiciones a renta variable (fondo D 20% y fondo E 5%) cuyo rendimiento depende en primera instancia del mercado de bonos soberanos, corporativos y bancarios locales. Estos fondos se han caracterizan por una menor volatilidad dado los últimos eventos, pero también al ocurrir la recuperación tenderán a mostrar un menor nivel de retorno por la característica de los instrumentos que componen su cartera.

 

 

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